jueves, 1 de marzo de 2012

Poemas Prestados #10

Muchas gracias a todos los que nos han enviado sus poemas con las palabras prestadas por la calle a través de los lentes de los fotógrafos Julio Ulanga y Charles Olsen. Te animamos a que sigas participando en la undécima edición que empieza hoy jueves 1 de marzo del año 2012.

Premio al mejor poema seleccionado por la editorial Cuadernos del Vigía. Enhorabuena a Eva R. Picazo quién recibirá el libro Pares y nones de Julio Riquelme.

Sobre Pares y nones: "Seis relatos breves sobre los contrastes de la cotidiano. De la prostituta que se enamora del que fuera asesino de sus padres en la guerra civil, a la mujer que busca ser fatal y lo consigue, al escritor que durante toda su vida busca el éxito para vengarse de aquella que le abandonó y cuando lo consigue le hacen saber que el objeto de su venganza a muerto, del marido inseguro ante la aparición sospechosa de lencería desconocida en su casa, a la muerte de un perro que desnuda la realidad de un matrimonio fracasado, finalizando con un juego de dobles parejas en donde resulta imposible adivinar de
quien es el hijo que acaba de venir al mundo."
(De la colección cuentos del vigía).


A continuación publicamos los poemas escritos a partir de las palabras prestadas: matón, ski, esposa, seco y pelucas.



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(porque te amo tanto no quiero cambiarte)

Batania - poeta neorrabioso -


Me he quedado en Madrid
aún sabiendo, que ya no somos nada

No somos, ni tú, ni yo
ni siquiera somos la esposa
de ese chino de la Calle Barco
que vendía en el todo a cien
las pelucas de la risa,
(pero ya no somos)
y no tienen ni las verdes,
ni siquiera las moradas

ya no venden
nada

en el chino de la esquina
dejaron la casa hipoteca,
el matón de la cocaína
se ha encargado de arreglarlo
golpe seco en la cabeza
y se acabaron todos los pájaros,
los castillitos de arena,
el ski de las antípodas,
y a nosotros, se nos acaba Valencia
y nos van creciendo ganas

no somos nada
sin nuestras balas
de lengua atrincherada

si no tenemos palabras
no somos bastante
para luchar contra ésta rabia.





Eva R. Picazo
Madrid, España

evarpicazo.wordpress.com


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El matón regaló una peluca a su esposa y seco de vino bebió y con el esquí se cayó.




Mario Castro Garza
Madrid, España


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DISFRAZ

Pelucas rosas, amarillas, violetas, cristalinas
llevaba sobre su vieja cabeza oblicua.

La rosas para los días eternos y las cristalinas para
dejarse atravesar por el seco viento de la mariposa.
Las amarillas para salvar su vista y las violetas para
casarse con sus más violentos intentos, para
ser penetrada esposa de la algarabía.

“Maton” decía el cartel de la próxima estación
Su bolso verde en volumen, risueño de pelucas que la acompañaban
más un borracho ski que le hacía de bastón
sobre su último carnaval de la mañana.




Susana Lang
De La Garma, Pcia. Bs. As., Argentina


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Antes de ser tú

Como en un gran desfile de pelucas y máscaras,
Como en un gran slalom de ski,
Como un matón barato que mata por la espalda,
Así llegaste, alardeando, arrollando, cobarde
Levantaste la aguja del tocadiscos dejando
Afónico el saxo de Charlie Parker,
Sin más, seco e inmutable, dijiste:
“quiero a otra mujer”
Y todos los fotogramas de nuestra vida en común
se agolparon en mi mente, para acabar fundiéndose
Fundido en negro, fin de la película, y con ella
mi papel de esposa
Ahora, frío
y un espejo en el que intento buscar lo que había
de mí antes de ser tú
Lo que habré de rescatar para construir aquella que
nunca llegué a ser
Aquella a la que hoy, cruelmente, me brindas esa
oportunidad
Matón barato, que das vida creyendo matar




Sonia Villarroel
Madrid, España


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Acabo de ver una película
que me recomendó
la esposa de un amigo.
El matón utilizaba pelucas

para efectuar sus crímenes...
Ni recuerdo el título
pero la violencia me paró en seco.
No me dieron ánimos de coger
los skies para volver a casa.




Marta Luz Arango Dávila
Arganza, León, España


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No le vi llegar,
como siempre
seco,
indoloro,
matón.

Sabía como hacerlo,
siempre sabía hacerlo.

Quitándose
su calavérica peluca
sigilosamente,
como ese skí
que no cuajaba en la delatora
nieve.




Kostas Kamaki
Madrid, España


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Grafiteando por los muros de cemento gris
con pose de matón de tres al cuarto
el pelucas confunde el cielo inglés con el ski
y su hogar con los secos descampados.
Desnortado en busca de ideales fatales,
esposas invisibles sin llave universal,
busca en vano un ajuste de cuentas
con un mundo insolvente y desafecto
Chico duro, maldito y vulnerable,
de corrosivos rencores embriagado
no necesitará la vida cincel
para labrarte a su antojo.




Xisca Minart
Palma de Mallorca


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Cuando era pequeño
quería ser poeta
gozar de una esposa
que fuera modista
que usara peluca
que hablara en inglés
Pasearme descalzo
bailar con skis
reír sin parar

Recuerdo aquel niño
peinado al revés
que me miraba
que me besaba
a ambos lados
en la mejilla
secaba mi llanto
comiendo un pastel
¡qué viene papá!
¡eras pequeño... pero matón!





Maribel Moratilla
Zaragoza, España


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Tiempo

Frente a una de las fachadas picadas
De aquel barrio marginal,
No dejó pasar, en seco, la noticia.

Sabía que ya no iría a hacer ski
El próximo invierno,
Y por supuesto no entraría jamás
A una de esas tiendas de pelucas.
Ya no sería su esposa,
Tras la noticia.

Compraría un gran paraguas
Similar al de cualquier matón
En una película de mafiosos.
Un paraguas negro, familiar…
Un paraguas para frenar
La protuberancia de los rayos,
Para ocultar la calvicie
Bajo un pañuelo,
Sobre la futura piel blanca
Que le habían anunciado.

-“Le quedan a lo sumo seis meses”-
y al salir de la consulta,
Esas palabras la entumecieron.

Demasiados recuerdos furtivos.
Demasiadas decisiones rápidas.
Reflexionó que no había suficiente tiempo,
Para poder llorar a gusto.




Lidia Fernández
Madrid, España


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El Matón

Había una escandalosa alegría. Disparó en pleno carnaval y se desvaneció entre la multitud. El matón llevaba una peluca fluorescente. Esta historia dio un giro cuando el asesino se implicó en un atraco a un banco. Mató a sangre fría a dos personas que entraban por la puerta ese día. Eran su esposa y el vecino. Cuando se percató del hecho lanzó un alarido estruendoso. Había una locura febril en sus estrellados ojos. Saltó por la ventana, el color de la sangre en su nariz redondo de goma. Desde entonces, esquía por la vida sorteando obstáculos en un descenso vertiginoso. Hay pintura seca en sus patas de gallo y en su cara lleva escrita la venganza de un payaso.




Gastón de Maeztu
Ávila, España


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INCONTINENCIA

Alto ahí, alto ahí, repite ansioso una y otra vez el poeta. Necesita llegar a su casa para sentarse delante de la computadora y teclear Alto ahí. Camina rápido con las manos en los bolsillos. La vista fija en el suelo. Teme no llegar a tiempo. Le va a salir en cualquier momento.Alto ahí, alto ahí. Acelera el paso, pero no se puede contener.
Comienza a llover. Ya sale Alto ahí y ya no puede parar, y va regando la calle…
Alto ahí
dice el policía al caco
Alto ahí
le suplica el broker
a la bolsa en caída.
Alto ahí
le suelta la mujer
a la mano rápida
primero paga.
Alto ahí
¿dónde crees que vas?
le interroga la esposa al hijo
adolescente
el patrón al obrero
incorformista
el aduanero al inmigrante
el ministro de economía
a la inflación galopante
el árbol al ski
el guardameta al balón
el borracho al portal de su casa
la lengua del camaleón
al mosquito despistado
el paisaje al turista
el óvulo al esperma
la cámara de fotos digital
al día del padre
la nena mona
al matón tatuado
el vértigo al funambulista
el clown a la peluca.
Alto ahí
ahora
le estampa
el parabrisas al insecto
el puño a la mesa
el golpe militar
al movimiento estudiantil
el otoño al verano.
Alto ahí
amenaza el sacerdote
al alma descarriada
las tijeras de Dalila
a la melena de Sansón
el silbato del maestro
al recreo escolar
el león a la gacela
el punto a la frase
alto ahí
se acabó.


Deja de llover. El poeta llega a su casa poco después. Resignado. Se sienta delante de su computadora.

Alto ahí…

No hay forma. Está seco. No le queda ni una gota.




Karlos Ordóñez Ferrer
Donostia / San Sebastián

microscuento.wordpress.com


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Atrapado en su Laberinto

La esposa de Enrique, espía y sigue al matón de los eski
que dejo sus huellas en la nieve húmeda mientras
ella en un lugar oculto busca y se coloca una peluca
para no causar sospecha.

Acordándose de su fiel perro que quedo seco después de ser
arrollado en su lugar por defenderla de semejante amenaza
que tenía intenciones macabras.

Con los ángeles que abren sus alas llevando a Margarita por las
montañas Suizas donde encontró al culpable que cayó quedando
sin salida porque quedo rodeado por una manada de lobos que
siguieron el aulló del alma de su amigo.

Para finalmente enfrentar a su enemigo que quedo atrapado
en el laberinto cristalino que desvelo sus malos pasos.




Martha del Pilar
Colombia

rodriguezmartha.blogspot.com


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